3 de noviembre de 2007

CARTA DESDE PALESTINA


En un intento de recopilar los escritos de mi buen amigo Paolo, os dejo sus aventuras y desventuras con unos compañeros ocurridas en una zona del mundo donde la injusticia es palpable verdaderamente viviéndola en tus carnes. La televisión solo nos enseña su realidad, pero ver la realidad de un palestino o de un visitante extranjero y vivirla en persona es algo que te puede poner los pelos de punta y seguramente cambiar tu forma de ver las cosas a tu regreso a casa. Paolo y sus compañeros fueron a zonas de desencuentro entre israelíes y palestinos, mas que desencuentros de injusticias del primero sobre el segundo. Su misión traer un trabajo gráfico y de vídeo que nos muestre la realidad que se vive en esa zona de conflictos a día de hoy. Carta desde Palestina es mi homenaje a Paolo, sus compañeros y su aventura. Está escrita en primera persona por su protagonista y aunque es un poco extenso (son 4 cartas) os aconsejo que lleguéis al final y podáis imaginar todo lo que nos cuenta palabra por palabra.

PRIMERA CARTA

Hola a todos.
Os escribo desde Jerusalén, Ciudad donde se congregan todas las religiones que podáis imaginar.
Una de las cosas más impresionantes es entrar en el muro de las lamentaciones, ponerte una quipa, que es lo que se ponen los judíos en la cabeza, y estar con ellos, cientos de ellos rezando en el muro, algunos gritan, otros te preguntan si eres judío y de donde, otros te miran bien y otros mal, pero da un respeto de la ostia.

Estos días han sido muy intensos, con work-shops con diferentes organizaciones judías que luchan por los derechos humanos, en este caso por los palestinos. La frase es, no en mi nombre!
No quieren que el gobierno israelí actúe impunemente y en el nombre de todos los judíos o más bien israelís.
Las cosas que he visto, no puedo ni contarlas. Videos y fotos que sensibilizan a una piedra. Situaciones que te llenan de rabia e impotencia.
Pero esta gente nos está enseñando a canalizarla y que esa rabia y esa impotencia sea para algo productivo.
Hoy estoy en Jerusalén, segundo día. Mañana salimos para Belén, territorios ocupados. Donde todo lo que te explican lo vamos a ver con nuestros propios ojos.
Todo el mundo va armado. Entras en un restaurante y te cachean. Vas a un centro comercial y es como estar en un aeropuerto, pero peor, porque detrás del detector de metales y de que un tío te pase el detector por tu cuerpo también, que tengas que pasar tu mochila por los rayos, hay un tío armado hasta los dientes, sentado en una silla, mirándote de una forma que te entra escalofríos.
Pero la verdad es que es el tercer día y te acostumbras a verlo, a chicas con 18 anos armadas caminando por la ciudad. Imaginaros la gente que vive aquí, ya ni se fijan.
Pero eso son solo anécdotas, lo importante es que estoy bien, y que no hay ningún peligro, que cuando estas aquí eres parte. Pero estos Israelís están locos!

Os mando un abrazo. Mi mente esta a mil. No para de absorber. Mis ojos están abiertos a sensibilizarme con un pueblo que lo están aplastando y humillando. Y que nosotros no podemos hacer nada, simplemente escucharles y ver su sonrisa cuando llega un grupo de europeos y quizás ya no se sienten tan solos por unos días.
Rodar por ahora poco, pero ahora comienza el baile, y ahí estaré para que lo que pueda ayudar desde la humildad, lo veáis y ayude a comprender o no, lo que sucede a quien encuentre en el camino.
Otro abrazo y besos.
Paolo.

SEGUNDA CARTA

Hola a todos.

Os escribo desde Belén, tierra santa.
Llevo unos días aquí y lo triste es que la situación que se vive aquí se normaliza, te adaptas. Aquí la gente no para de sonreír.
Después de reuniones y múltiples workshops hemos pasado a la acción. Yo estoy rodando en un campo de refugiados que se llama Daisha camp. El más grande de Belén, con miles de personas y lleno de niños.
Con dos personas de mi grupo y una chica Palestina hemos decidido rodar el conflicto que viven a través de los ojos de los pequeños.
Una de ellas es una niña de 5 años que se llama Tala. Me ha robado el corazón.
Hemos estado con ella y con su familia. Su madre de 26 anos mantiene la misma sonrisa permanente al igual que la hija. Todo esto a pesar que su padre lleva en la cárcel de forma injusta cinco años y medio. Es decir solo conoce a su padre a través de las rejas.
El gobierno israelí solo deja pasar a niños a ver a los adultos, así que desde que Tala es pequeña es la única que entra sola en la cárcel para estar con su padre. Eso después de haber pasado checkpoints y tratarte con desprecio y como si fueras un terrorista.
Da igual si eres un niño o un adulto, solo tienes que ser árabe o Palestino a sus ojos para que piensen así.
Ahora voy a conocer a otros niños y su realidad.
Pero lo más increíble es que no pierden la sonrisa y la fuerza. No pierden el entusiasmo y la noción de justicia. Porque saben que esta es su tierra y que se la quieren arrebatar pero no pierden la esperanza. Prefieren morir aquí a irse.
En el campo de refugiados en el que estoy, fue un campo donde hubo revueltas en la época de las intifadas (levantamiento del pueblo palestino).
En Belén conviven diferentes religiones en paz y armonía.
Estos niños ahora comienzan a entender que están encerrados y que sus padres muertos o en cárceles, están ahí o no están por que han luchado [por la libertad de su pueblo y por los suyos.
Vosotros no lo harías?
En tres días salgo para Hebrón, ahí están mas jodidos aun. El ejército israelí y los colonos tienen sometidos absolutamente al pueblo palestino.
Prácticamente ningún palestino se puede mover del sitio donde está. Ni de una ciudad a otra. Lo tienen prohibido. Pero eso si el generoso gobierno israelí les deja si consiguen permisos, que pueden pedir pero que nunca se los dan. Es decir: están en una cárcel.
Habibi.
Os quiero.
Os mando un abrazo.
Paolo.

TERCERA CARTA

Hola a todos.
Hoy he llegado a Barcelona.
El último relato de los últimos acontecimientos no pude escribirla desde allí, porque no pude asimilar lo que viví.
Los últimos días fueron en Hebrón. El impacto total.
La última carta, "carta desde Palestina III":

-Estos últimos días antes de partir han sido en Hebrón.
Si los otros lugares me habían impresionado, este ha sido el colofón.
Hebrón es una ciudad con mayoría de población árabe, pero eso da igual. El gobierno Israelí, con sus propósitos de echar a los palestinos de su tierra, expropian casas y terrenos por toda la ciudad, colocando allí a colonos judíos provenientes de todos los lugares del mundo.
Cercan a los palestinos, que luchan por su integridad y por su tierra. Pero la humillación es diaria. las injusticias son diarias, los asesinatos, torturas, encarcelamientos, acosos son diarios.
La ciudad esta sitiada por el ejército, pero por si no es suficiente, el colono, o podríamos llamarlos civiles judíos, van armados hasta los dientes, con ametralladoras colgando a sus espaldas. Así que no es inverosímil ver a una madre con su hijo y el padre al lado con su arma colgando. Que bonita vida. ¿No?
Y además con impunidad para disparar, así que una sociedad tan civilizada en realidad es el viejo oeste, pero con la diferencia que los de enfrente, que son los árabes, se defienden con piedras o con nada.
Estuve en varias acciones. La primera fue en un campo de olivos que pertenece a una familia palestina, pero los colonos para que se vayan los intimidan constantemente. Es una familia que vive de eso y no tiene nada más. Hace un mes aproximadamente dispararon a dos de los hijos. Les destrozan los cultivos. Les tiran piedras.
Cada viernes se ha organizado que vaya gente a ayudar en la recogida de olivas, la mayoría internacionales, que es como llaman a la gente que viene de afuera, porque de esa manera no se atreven acercarse.
Fuimos todo el grupo con los guías palestinos que organizan esta acción. Llegamos y estaba el ejército y la policía israelí.
La tensión se notaba permanentemente. Nos pusimos a recoger las piedras que tiran en los cultivos, a recoger olivas y a compartir.
Por que para rizar el rizo, la ley israelí dice que si por un período de semanas la tierra no es trabajada se la expropian. Y eso es lo que quieren, de ahí las intimidaciones continuas.
Cámara en mano me puse a trabajar codo con codo. Mientras pasaban colonos con mirada de odio y de desprecio. Pasaban a tu lado y te amenazaban de muerte, sobre todo a los palestinos. Cuando sacábamos fotos de ellos se enfrentaban y el ejército mediaba, por llamarlo de alguna manera. Y decían textualmente: Al soldado-¡Permites que esos perros me saquen fotos!
Después otros pasaban y los acribillábamos a fotos y muchos se intimidaban, y soy sincero cuando digo que me producía satisfacción.
En otro momento, paso un colono con un perro, un pastor alemán, yo estaba sentado con otro compañero, cámara en mano también. Al pasar cerca de mi, el dueño tiro de la correa y el perro respondió abalanzando-se sobre mi, y recibió parte de mi bota en su hocico. Lo cual apaciguo al dueño y al perro.
Así viven ellos a diario. Nosotros somos un bálsamo de tranquilidad cuando estamos a su lado. Pero me sigo castigando cuando pienso que es lo que sucede cuando no hay observadores a su lado.
Seguimos el día con nuestros guías, dos palestinos que luchan sin cesar y tienen toda mi admiración. Porque más que nunca es David contra Goliat.
Vivíamos en la casa de uno de ellos, que está rodeada de colonos radicales. Nos hicieron un tour por la ciudad, enseñándonos las atrocidades que hacen. Les cierran los comercios, los echan de sus casas. Hay alambradas por toda la ciudad. Check-points, que son fronteras, bunkers llenos de soldados. Que amargan la vida diaria de los palestinos.
Es difícil describir lo que han hecho. Tu caminas por las calles de la parte antigua, y quedan pocos negocios palestinos abiertos, pero es que encima de tu cabeza hay alambradas, porque viven colonos y los muy hijos de puta lanzan piedras, escupen, tiran agua hirviendo, lejía, grandes bloques de hierro, basura. Todo para echarlos. Y con impunidad. Las alambradas protegen algo, pero tienes que ir con ojo. Y cuando miras al cielo, ves eso, un cumulo de basura y de objetos que practica mente no te dejan ver la luz.
¡Pero los palestinos resisten!
La ciudad se divide en dos zonas H1 y H2. H1 es práctica mente árabe, rodeada de asentamientos, y H2 punto caliente, están echando a los palestinos, que es el centro de la ciudad. Las intenciones son claras y creo que ni hace falta que las explique. Bueno, ahí es donde vivíamos. Dormir tranquilos no dormíamos. Sabíamos que los colonos podían venir o el ejercito. Pero estábamos mano a mano con los palestinos. Aquí los palestinos ya no sonríen tanto. Están más concentrados en ver la luz del día siguiente.
Una de las rutas que más peligro corríamos era dentro de H2 llamado Tel-Rumeida. Lo podéis buscar en internet.
Ese día nos encontrábamos con el grupo de palestinos con los que habíamos trabajado en Belén, Al principio no querían venir, pero al final vinieron, y se me eriza la piel cuando os digo que irradiábamos una fuerza, que deslumbrábamos hasta el ejército.
Todos juntos a manos de nuestro compañero palestino de Hebrón, nos adentramos en la parte de los colonos. Con instrucciones claras de no responder a sus provocaciones.
Llegamos y nos esperaba el ejército y numerosos colonos, hombres, mujeres y niños. Se te pegaban a tu lado para intimidarte, podías escuchar su respiración. Pasamos a su lado pero no podíamos pasar por su calle, así que subimos por una escalera colindante. La tensión era máxima.
La intención de nuestro guía era enseñarnos como viven los palestinos que viven pared con pared con estos...no se ya como definirlos, me saldrían demasiadas palabras malsonantes pero desahogantes. Rodeado por el ejército seguimos caminando, el silencio era sepulcral. Y entonces de repente, se escucha, ¡CUAIDADO, PIEDRAS! Nos empezaron a tirar piedras, las esquivamos como pudimos y nos pusimos a cubierto.
Los que nos la tiraban eran niños de 10, 12 años. Delante de sus padres y del ejército. Nuestro guía gritaba para a los soldados para que los pararan, pero os podréis imaginar que hicieron oídos sordos.
Llegamos a una escuela palestina que está un poco más arriba y que la están restaurando por que fue incendiada por los colonos. Los niños palestinos tienen que soportar que les escupan y que les apedreen. Para llegar a su escuela tienen que pisar un cementerio, que para los musulmanes es una de las peores cosas que le puedes hacer pero es el único lugar seguro para que no les agredan.

Termino por hoy aquí la primera parte de los últimos días en Palestina. En el siguiente os contare lo que sucedió en las siguientes horas, como nos detuvo al día siguiente el ejército y la policía israelí. Y como salimos del país.
Os mando un abrazo.
Y ahora grito: ¡PALESTINA LIBRE! ¡Boicot a Israel!
PAOLO (O Baolo como me llaman los palestinos)

CUARTA CARTA Y ÚLTIMA

Hola a todos.
Aterrizando en la ciudad de Barcelona. Lo cierto es que todavía no estoy aquí.
Os quiero contar la parte final de nuestro viaje.
Ahí va: "Carta desde Palestina III 2ª parte".

Hebrón:


Después de que nos apedrearan y de visitar la escuela, seguimos el recorrido y llegamos hasta una fuente de agua, más bien como un pozo de unos dos metros de diámetro. Nos llevaron ahí para contarnos que ese pozo lo habían usado desde tiempos inmemoriales, pero ahora, señala hacia un poco más arriba donde estaban cuatro soldados (que escuchaban perfectamente la explicación), ahora ya no. El gobierno israelí ya no les dejan porque dicen que ahí iba su profeta y es un lugar sagrado. Así que solo para los judíos.
Seguimos andando y pasábamos por casas palestinas y en las paredes de algunas podías leer cosas como esta: "Gasear a los árabes".

Llegamos a una de las casas donde habíamos estado un día antes. Nos explicaron que esa casa se la habían expropiado, pero lucharon y la volvieron a conseguir por un periodo de 6 años. Rodeada absolutamente por el ejército y colonos.
Es una muestra de resistencia humana increíble.
Otra casa colindante también la habían conseguido recuperar. Todo el grupo se unió en un aplauso.

Hebrón está rodeada de pequeñas montañas y deja al centro de la ciudad en un valle.
Estábamos situados en una de sus colinas. Me quedé mirando el atardecer. Un cielo maravilloso. De repente comenzó a salir la luna. Una de las lunas llenas más impresionantes que he visto. Todo acompañado por la llamadas desde las mezquitas. Un sonido que te eriza la piel. Un sonido que recorre todo el valle.
Entonces pensé que ese sonido de rezos llega a todo el mundo, incluyendo al ejército y a los colonos.
Lo comenté con un compañero que estaba sentado a mi lado. Pensamos que debía molestarles escuchar el sonido de las mezquitas. Y nos hizo sentir muy bien. Se nos antojo que era una parte más de la resistencia y que sirve para que no pierdan la perspectiva que están en tierra de árabes.
La noche entró con fuerza, las estrellas se asomaron y la ciudad vieja se iluminó. Por un unos momentos parecía una ciudad en paz.

Admirando el cielo rememoré el día que habíamos llegado a Hebrón:
-Estábamos en la misma casa. Comíamos todo el grupo después de haber estado en la acción del campo de los olivos. Estaba todo el grupo más nuestros guías palestinos y algunos de sus hijos.
Al terminar la comida, los niños fueron a un campo al lado, un campo lleno de piedras. Los niños cogieron una pelota y se pusieron a jugar. La imagen era impresionante. El campo estaba rodeado de alambradas. Tenías la ciudad de Hebrón a tus pies.
Me levante y fui decidido a jugar con ellos. Ellos se entusiasmaron. Al momento llegaron algunos del grupo... Al final se sumo todo el mundo. Fue hermoso.
Todos sonreíamos.
De pronto corriendo pise una piedra y me torcí un tobillo. Tuve que retirarme. Sentado, con dolor, miraba el partido y era maravilloso.
Pero de repente llegaron cuatro soldados y pararon el partido. Todo el grupo los rodeo. Decían que no podíamos jugar al fútbol con los palestinos. Que ese campo era solo para ellos y que los internacionales no podían jugar. Eso ocasiono un alud de protestas. Ellos respondieron diciendo que tenían que confirmar por radio si podíamos o no. RIDICULO.
Nuestro coordinador les dijo que lo mejor que podían hacer era ponerse a jugar con nosotros, y os aseguro que ganas no les faltaba. Ellos vinieron para joder, pero en realidad se morían de ganas de jugar.
Unos compañeros me ayudaron a ir hacia la casa. Era mejor por si había problemas y había que salir rápido. Cojeando llegue hasta la casa y me senté afuera para ver que sucedía.
Uno de los compañeros no aguanto más la respuesta de los superiores de los soldados y cogió la pelota y comenzó a jugar. Poco a poco los niños comenzaron a jugar y el grupo se sumo de nuevo. Los soldados quedaron mirando sin hacer nada con cara de estúpidos. Y no se atrevieron a pararnos otra vez.

Era la última noche y nos fuimos para la casa. Preparamos todo. A la mañana siguiente salíamos para Jerusalén.
Nos levantamos temprano. Salimos de la casa. Yo cojeaba.
Iba caminando primero con el guía que me ayudaba. A 50 metros había soldados pidiendo documentación a todo el mundo.
Llegamos hasta ellos. Documentos!
Le di el pasaporte. Me dice:
-Visa!
-No la tengo, pedí en el aeropuerto que me la pusieran aparte y antes de salir me lo rompieron. (Pedir que te pongan la visa aparte es porque si tienes que ir a Líbano o Siria no te dejan entrar con la visa israelí, y aparte es una forma de mostrar tu disconformidad. A ellos les molesta muchísimo. Pero lo que no calculamos en el aeropuerto es que cuando te rompen el papel donde está la visa te dejan sin nada, lo hacen para crearte problemas, y nos lo crearon).
-Pues estas ilegal!
- Pues si yo estoy ilegal, las once personas que están detrás de mí también.

El soldado no dejaba acercarse a nadie del grupo, y yo estaba con el guía.
Le dije que si quería le dejaba mi billete de avión para que viera que había entrado por Tel-aviv. Ni caso. La cuestión era joder. Llamó a la policía. Nos dijo que nos tenían que retener hasta que comprobaran que habíamos entrado legalmente.
Llegó la policía. Más agresivos que los soldados. Nos agarro todos los pasaportes y se encerraron en el coche a comprobar.
Más o menos cuando había pasado una hora nos dijeron que teníamos que ir con ellos a la comisaria. Eso no sería ningún problema en una situación normal. Pero la cuestión es que nuestro guía nos explicó que la comisaría estaba en la parte de los colonos, que es el lugar donde nos apedrearon!
Y aparte el guía no podía venir, porque si recodáis los árabes no pueden entrar allí.
El plan de los policías era que lo siguiéramos con el equipaje detrás de su coche, andando. Yo tenía el pie hinchado como un balón de rugby.
Tanto los soldados como la policía le habían dicho a nuestro guía que si había un solo problema que nosotros ocasionaramos, esa misma noche entrarían en su casa.
Así que nos teníamos que limitar en nuestras protestas.
Al guía se le ocurrió pedir a la policía que me llevaran dentro del coche, por mi pie. A lo que me negué en rotundo. El insistió y me habló al oído. Me dijo que no tuviera miedo, que el recorrido era largo y que era lo mejor. Yo no aceptaba, pero él insistió. Al final me metí absolutamente desconfiado.
La imagen era rocambolesca. Yo dentro del coche, con los policías hablando en hebreo y el grupo, maleta en mano, andando detrás.
Uno de ellos me preguntó que hacíamos allí. Y yo le respondí que turismo, por supuesto. Lo que ocasionó una mirada fija y directa a mis ojos. Se acabo la conversación. Que le voy a decir...
Ellos iban riéndose, yo preocupado de ver al grupo indefenso, entrando en una zona muy complicada.
Llegamos ilesos a la comisaría. Afuera de ella se acomodó todo el grupo porque sabíamos que iba a ser una rato. Una hora más.
Los colonos pasaban por la calle y nos miraban atentamente.
Al fin el policía salió con los pasaportes. Nos dijo esta todo en regla y para rematar la faena: Que disfruten de su estancia! Bienvenidos a Israel!
Habíamos quedado con nuestro guía en un check-point. Para llegar teníamos que pasar por donde nos habían apedreado el día anterior. Nuestro coordinador le pidió al policía si nos podía escoltar hasta allí. La respuesta fue negativa.
Preocupados, nos acercamos a una organización de observadores de fronteras para que nos escoltaran. Nos dijeron que a ellos también los apedreaban. Fantástico!
Nos pusimos en camino, en tensión. Cuando llevábamos poco recorrido aparecieron los observadores diciendo que nos acompañaban y que fuéramos un poco deprisa porque todavía los niños no habían salido de clase y sus familias de trabajar, así que estaría tranquilo.
Llegamos al borde de la calle, no había nadie, nosotros sin mediar palabra mirábamos hacia todos los lados.
En uno de los pocos locales se asomo un chico de unos 16 años, se nos quedo mirando. Yo hacía lo mismo, no fuera que se le ocurriera atacarnos.
Al final salimos y no paso nada. Seguimos caminando aliviados. Ya veíamos a lo lejos el check-point donde nos esperaba nuestro guía. Y al otro lado nuestra libertad.
Llegamos y lo militares nos dicen. Visa!!!!!!!!!!
Comoooooooooo? No lo podíamos creer. Ahí comprendimos que iban a por nosotros.
Les explicamos que veníamos de la comisaria. Y su respuesta fue: -Uno por uno va ser registrado.
Noooooooooooooooooooooooooooooo.
Dos horas nos tuvieron. Uno por uno. Parecía que nunca íbamos a salir de ahí.
Salía de uno en uno. Yo el cuarto por el final. Me tenían desesperado. Tengo fotos de mi ropa, camiseta por camiseta tendida en la valla del check-point.
Cuando salí estaba parte del grupo esperando. Pero todavía quedaban tres por salir.
Nos pusimos todos al otro lado, que ya es zona palestina, esperábamos. Los soldados salían y nos hacían retroceder.
Uno de los palestinos me dijo que era la primera vez en su vida que veía que registraban más a los internacionales que a los palestinos. No se lo podía creer.
Preocupado por los compañeros/as que quedaban por salir mi rabia y la de los demás se fue intensificando. Quizás también toda la acumulada en el viaje.
Sin quererlo nos pusimos todos en fila, como una barrera, esperando. Cuando salieron los últimos todos nos pusimos a aplaudir y a silbar. Los soldados todos al frente a mirarnos. Y nosotros gritábamos: VOLVEREMOS!!!
Fue hermoso, una catarsis.
Emotiva despedida con nuestro guía. A los abrazos le felicitábamos por su lucha y le decíamos que no cedieran. Que fácil es decirlo. Pero vivir el día a día allí.
Autobús y para Jerusalén. Entre cansados y abatidos fue bajando la adrenalina vivida.
Llegamos 6 horas tarde a Jerusalén. Ese día descanso y reflexión.
Al día siguiente yo me fui con una compañera a una de las organizaciones israelíes para sacar copias de todo lo filmado y dejar copias de seguridad en Palestina y las otras mandarlas por correo. Nos habíamos convertido en subversivos.
Todo el día estuvimos.
Sabíamos que la salida iba a ser dura.
Tuvimos una reunión para concretar lo que iba a decir el grupo cuando nos interrogaran en el aeropuerto.
Dos de la mañana llegamos a Tela-viv, al aeropuerto. Las colas de gente eran impresionantes.
Nuestro vuelo salía a las 6:40h.
Nos pusimos en la cola. A la media hora. Ya cogieron a uno del grupo para interrogarle. Tensión. Luego a otro y a otro. Todo para comparar las respuestas.
Le llegó el turno a nuestro coordinador. No les gustaron sus respuestas, así que iban llegando diferentes personas que lo volvían a interrogar. Le pidieron su cámara para ver sus fotos. Pero eso ya estaba previsto. No llevábamos nada encima para que pudieran retenernos. Primera prueba superada.
Después de pedirte catorce veces el pasaporte pasamos a...yo lo llamaría un gran laboratorio que tienen montado, donde te abren la maleta y analizan toda tu ropa y maletas incluidas. Pasaban un instrumento que tenía en la punta como una hoja fina que se impregnaba con las sustancias y luego eso lo analizan! Ya eran las 5:45h!!!!!!!!!! Y todavía quedaba gente del grupo. Perdíamos el avión.
Yo pasé a facturación dejando atrás a mis compañeros desesperados. Adelante me esperaban los que ya habían pasado. Pero no pude evitarlo y me dirigí a unos de los que habían interrogado y le dije: Cuantas horas hay que venir antes para tomar un avión? Dos días antes?
El respondió: Cuatro.
-Cuatro son las que llevamos y estamos a punto de perder el avión. (Estaba re-caliente.)
Teníamos que seguir porque había más controles. Llegamos al segundo. De nuevo pasaporte. De nuevo la maleta de mano que ya nos habían registrado. Pero ahora te analizaban tu ropa. Hasta los zapatos. DESESPERANTE!!!!!!!!
Compañeros tuvieron que dejar las maletas a su suerte porque si no perdían el avión.
Llegamos unos cinco de los doce. El vuelo salía y no llegaban. En la puerta de embarque desesperados estábamos dispuestos a todo para que no saliera el avión. 6:30 llegaron. Todos corriendo. Las azafatas cardiacas. Nosotros también.
Pero...llegamos!!!!!!!!!
Ya sentados en el avión, nos comenzamos a relajar. Lleno de israelíes, pero nos daba exactamente igual. Hablamos con toda libertad.
Me dormí todo el viaje. Llegada a Barcelona.
Aduanas, nosotros pasamos hacia la nuestra que practica mente ni te paran. Los Israelíes en las otras. Salió un grito en alto: Que les interroguen!!!!!! Eso, eso!!! Entre risas.
Llegada a la burbuja europea.
Final del viaje pero comienzo de todo. PORQUE NO SE ACABA AQUÍ. ESTO SOLO ES EL PRINCIPIO!!!!!!!!!!!!!

pd: si alguien quiere información que me lo haga saber. Desde las páginas web de las organizaciones israelíes pro-derechos humanos, una es B´Tselem, en la que podéis encontrar vídeos e información de todas las agresiones a los palestinos, es duro lo que se ve, ok.
También todo lo que vamos hacer nosotros en Barcelona cuando llegue el material. Os mantendré informados.
Os mando saludos y un abrazo.
Gracias por dejarme compartir con vosotros esta experiencia.
HABIBI!!!!!!!!!
Paolo
FIN

1 comentario:

Grego Pulp dijo...

Andrés borra el mensaje de crescenet, es Spam.
Sobre Palestina, no tengo palabras.
Espero ver el material filmado.
Tu amigo y sus compañeros tienen un par de huevos.