24 de febrero de 2011

LA GRAN CARRERA (Cuentacuentos)

La cuestión es que una vez, solo una vez, gané la gran carrera de mi vida, la que me vio nacer 9 meses después...


Todo empezó sobre finales del 1975, cuando yo era un bichito de dimensiones ultra diminutas con una colita muy maja. Por aquellos tiempos yo y mis compañeros de aventura teníamos el mismo nombre, así pues mi nombre era "espermatozoide". Lo se, no era un nombre original y se hacía repetitivo, por eso no podías llamar a nadie por su nombre. En aquel periodo vivíamos todos apelotonados y aplastados en los huevos de mi padre sobre una especie de moco semitransparente, me perdonareis mi lenguaje tosco pero me gusta decir las cosas como son, claras y comprensibles.

Seamos claros, aparecimos allí como de la nada y todos nos preguntábamos que hacíamos allí, cuando apareces de la nada todo se convierte en misterioso claro. Lo único que sabíamos es que en algún momento salían millones de los nuestros por un minúsculo conducto hacia no se sabía donde, cuando eso ocurría todos nos acojonábamos, hasta el momento yo siempre nadaba contracorriente porque nunca he sido aventurero y cuando era espermatozoide pues tampoco. Lo que pasa es que no siempre se puede evitar lo inevitable, así que en un momento de sexo y de explosión no pude evitar salir para fuera con otros tantos millones de los míos...

Y aquí es donde empieza todo en realidad, después de ser arrastrado a una velocidad tremenda con el moco incluido aparecimos en un sitio mucho más amplio, al principio todo el mundo gritaba atemorizado, salían interrogantes de todas las cabecitas y todas las colas se movían con ímpetu. Un olor muy agradable venía del fondo de aquella caverna, donde había un peazo y gigantesco objeto esférico que parecía llamarnos a todos. Como si de una droga se tratase, todos nos pusimos excitadísimos y con el único deseo de acercarnos a aquella esfera, ¿sería Dios?

Allí comprendí que había que llegar el primero a la esfera de olor penetrante, pero claro nos dimos cuenta todos al mismo tiempo. Habían espermatozoides con una cola rápida, musculosas, los había un poco atrofiados y otros que sin necesidad de físico eran muy inteligentes aunque esto último es muy relativo. Yo era un simple bicho sin opciones de llegar primero, pero entonces pasó lo que tenía que pasar...

Cuando estás en primera fila y ves como en tromba se te tiran encima te da eso que se llama pánico y el pánico en aquella ocasión fue la forma definitiva de llegar el primero. Fui arrastrado como basurilla hacia la esfera, llegué a la pared arrastrado por los demás y vi perfectamente como todos chocaban y salían volando rebotados, con tanto golpe, vi un agujerito donde esconderme y allí me metí en vista de la invasión y de que moriría chafado por millones como yo. Una vez en el agujerito y para asegurarme no morir invadido escarbé con mis morritos hasta que llegué al centro de la esfera....

La esfera dejo de tambalearse, que paz, solito allí, en silencio, con aquel olor maravilloso para mi solo...

El resto ya se sabe y nueve meses después nací yo, caía el 17 de julio de 1976 en medio de una transición democrática y yo había ganado la gran carrera de mi vida, nunca más lo he vuelto a hacer, nunca he sido el más rápido y es que, la vida... hay que tomársela con la calma.

3 comentarios:

Sandra dijo...

Y pensar que toda mi vida he sentido que soy lenta y que no soy capaz de alcanzar mis metas... Pues no, si fui capaz de llegar la primera al centro de esa esfera es por algo. Al menos, una vez en mi vida, pude ser la primera en algo.

Un saludo.

Elly dijo...

Nunca me lo había planteado así... Desde luego se hace ver de un modo interesante ^^

¡Un saludo!

Pugliesino dijo...

Ojalá que no llegue el momento en el que crear vida se reduzca a darle a una tecla y decir me gusta. :)

Un abrazo quillo