El tiempo corre, dilatando todo tipo de sucesos, realzando situaciones. Mis pies caminan sobre tierra desconocida, impoluto, vacilante. Quiero soñar con los ojos abiertos y ver más allá de las montañas que acechan en el camino.
Destronado me siento a veces, el mundo no me comprende y yo no parezco dispuesto a comprenderlo, un extraterrestre en una burbuja planetaria.
A veces camino en soledad mirando a mi alrededor, lloro por dentro en ocasiones porque mi corazón sigue latiendo. En el camino me fijo en los arboles, el suelo, los edificios y calles eternamente largas, veo a sus gentes, su juego, su ego, su distancia.
En el camino me siento diferente, por fuera soy igual, por dentro encarno un tumulto de voces que dicen y manejan mi alma a su antojo, haciendo así, único entre todos.
Noches en vela mirando por la ventana viendo el tiempo pasar como las personas agudizan su ingenio para progresar en sus vidas y ver como mi mirada solo puede envidiar sus avances, esos pasos que la vida no me enseño a dar y que parece no querer hacerlo nunca. No comprendo el mundo, todo lo que hago pierde el sentido en ideas y éticas contradictorias.
El fin de un ciclo, comienza otro....
Andrés.
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