La clave está en que una no puede vivir sin la otra, así que la balanza entre las dos sería lo ideal.
Algunos dicen eso de "no pienses tanto" pero la verdad, pensar es bueno, es el reflejo de nuestros actos.
El problema no es pensar mucho, sino pensar bien para pensar lo justo, para que la balanza se equilibre.
Sentirse bien y hacerlo requiere de pensar, lo justo y bien pensado. Para pensar bien se requiere sentirse bien, lo más posible.
La balanza señores.
2 comentarios:
Como todo, yo no creo que tenga que haber un equilibrio exacto, sino cierta reflexión en momentos determinados y momentos de pura irreflexión.
Hay que saber comportarse.
Esa, para mí, es la balanza correcta.
Un saludo ;)
La balanza, pero sólo a veces. Qué hacemos entonces con esos maravillosísimos momentos de intensidad que valen tanto.. La balanza, sí, pero sólo a veces. Un beso
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