12 de octubre de 2011

El porqué del llanto

Me lo ha mandado por mail una amiga y he querido compartirlo.






¿Necesitamos de las emociones o las emociones nos necesitan a nosotros? Hace tiempo leí una frase: "El sufrimiento no tiene más sentido que la felicidad". Muchas veces ha venido a mi memoria, sobre todo, cuando el hecho de aplicarla me hubiera valido la pena. Sin embargo, no supe enfrentarme al dolor con optimismo. Vivimos en una sociedad con valores cristianos, no del todo desarraigados, pese a la estulticia con que enarbolamos esa más que merecida bandera de libertad. Vivimos en una sociedad que deja un sendero de lágrimas y culpas acuñadas por un largo y pesado tradicionalismo religioso. Antes, mucho antes, hubiera creído que el romanticismo literario y cultural, ante todo, tenía plenamente la culpa de que yo llorase hasta el desconsuelo porque me sentía desgraciada. Pero no, algo ha sucedido que me ha hecho comprender que no. Que los grandes acontecimientos religiosos son un camino pensado hacia la terrible e inevitable consciencia de la muerte. Tal vez es algo que todo el mundo sabe. Por eso no digo, ¡cuidado!, porque si como yo, no visteis con claridad hasta ahora qué pobres instrumentos somos, y el razonamiento era vago y el tiempo pasado mucho.. Entonces de qué serviría, quizá es mejor no darse cuenta y llorar y reír como hasta ahora...Llorar o reír como se llora o se ríe en busca de un sentido hacia la huida de un vacío que existe, y que seguro sospechamos.

Saludos.

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