26 de noviembre de 2009

Siempre a veces y a veces siempre…

remember

A veces uno se siente en la cumbre del caos, dícese que lo que nos irrita son justamente aquellas cosas por las cuales no podemos hacer nada, ese tipo de cosas azarosas y genéricas que nos enseña eso a lo que llaman caja tonta y otros medios de comunicación que lejos de aliviarnos o darnos una sonrisa nos producen los más sinceros enfados y sacan de nosotros a ese Rambo capaz de matar a una o mil moscas…

A veces me veo en la cola y no dejo de pensar como es posible que tanto mundo esté tan quieto, inamovibles con un numero que nos identifica en las manos y a cada eterno paso o mejor dicho a cada bip del contador una cara ofuscada se dirige resignada hacia una mesa mientras otro sale con cara de malos amigos…

A veces veo extremistas de pensamiento conducir su vida hacia un lugar igual al que vive ahora solo porque no puede olvidar un pasado que no ha vivido. Toda su fuerza a una identidad que debe ser firmada en un papel porque se olvidó que donde debe firmarla es simplemente en su alma…

A veces o mejor dicho cada mañana veo caras tristes resguardadas por un diario gratuito. En la calle, en el bus y bajo tierra en el metro, todos en dirección al lugar que les da de comer pero no les proporciona alegría. También veo coches impolutos, brillantes y nuevos, modelos de última generación de los cuales surgen risas déspotas, una falsa felicidad que como empresario pagan los humanoides que se conforman con leer cada mañana las catástrofes de la vida en un diario pequeño pero gratuito.

En el contexto a veces se puede convertir en a menudo y este último en siempre. Siempre puede llegar a ser un termino que denota pesadez, cansancio, desilusión o controversia. Siempre suena a obligación, suena a sueños rotos y suena a manos vacías.

¿Y que se hace “a veces” para cambiar ese “siempre”? Nada… y no se hace nada porque el mundo en el que vivimos se mueve y vive para que cada uno tenga lo suyo, su trozo de tierra, su trozo de pastel, su trozo de poder y por supuesto su diario gratuito por el cual puede matar si hace falta.

Para el que crea y tenga fe en aquello que ojalá pudiera existir, el cielo puede ser un lugar muy tentador, porque sin darnos cuenta y siendo tan diferentes, a veces por no decir siempre hacemos que el ideal personal gane al sentimiento ajeno.

A veces me quejo, pero solo a veces porque para vivir siempre irritado estoy a tiempo de hacerlo en una vida mejor…

Andrés.

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