En silencio las palabras sonaban demasiado altas y yo que no llegaba a entender aún muy bien lo que ocurría tras la puerta sentía temor.
El temor de un niño que sigue soñando libre, esponjando todo aquello que ve y siente, sonriendo a las creencias que se tienen cuando aún hay ilusiones.
Nunca había oído el significado de un grito, la puerta se abre…
Ya nada será lo mismo…
Dedicado a mi buen amigo Ramiro Viñas del cual he extraído la imagen.
Saludos.
Andrés-.
2 comentarios:
¿Algo así como un batacazo a la inocencia?
Me ha gustado la palabra "esponjear" ;P
Ni más ni menos Guapetona...
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