30 de diciembre de 2012

Confesiones de medianoche.

Muchas veces escribimos al aire aquello que no podemos contar a nadie, nos suele pasar a aquellos que como terapia usamos la escritura para desahogarnos o desinhibirnos. Se lo contamos al aire, como una confesión. Esperamos pacientemente respuestas, a veces vienen de otros lugares y de la misma forma te dan respuesta, te escriben y te alivian, te ayudan, te sonríen, te entienden y así un largo etc.

Pero al final, el mejor lector es quien da la mejor respuesta y ese no es otro que uno mismo. No hay nadie que pueda comprenderte como tu mismo, como funcionas, como piensas o como sientes.

He aprendido que la vida está llena de baches, que seguirán habiéndolos por mucho que prefiera los caminos lisos y por suerte, esos baches han dado el sentido que tiene ahora mi vida.

En realidad todo esto lo digo porque no creo que jamás deje esta terapia, escribir. Me ha ayudado a ser mejor persona, me ha ayudado a darme respuestas y hacerme más preguntas, he conocido personas y lo más importante, me hace sentir bien conmigo mismo.

Hay que desaprender para poder aprender de nuevo. La vida no es un camino de rosas, hay que saberlo, asumirlo y luchar contra ello (los baches son necesarios). Pero por el contrario, lo que si podemos hacer (ya que la vida es así) es llenar nuestro camino de rosas (o plantar una flor por cada bache). Es solo cuestión de tiempo y en mi tiempo las manecillas no marcan números, solo momentos.

Confesión antes de ir a dormir.

3 comentarios:

Elly dijo...

Pues no podría estar más de acuerdo contigo. Tanto en la escritura como terapia y modo de mejora y superación, como de los consejos personales que son los que más peso tiene y con lo de que deberíamos tomar la vida como momentos y no como "tiempo".

Una muy buena reflexión antes de irte a dormir.

Un saludo ;)

Pilar Gámez dijo...

La escritura lo queramos o no no es más ni menos que una terapia, quizás se empieza a hacer sin ser muy conscientes de ello, pero al poco tiempo te das cuenta. Yo suelo decir, que el consuelo está en las palabras, a veces, como tú dices, en las de otros, y la mayoría de las veces, en las mías. Ya forman parte de mi vida, de mi vivir diario, puedo prescindir de otras cosas, pero sin ellas me sería imposible seguir avanzando. Creo que todos los que escribimos nos hemos visto en tus palabras. Un saludo

Jara dijo...

Creo que yo tampoco podré dejarlo nunca, habrá temporadas en las que esté más parada que otras pero está claro que esto es un desahogo... no sé si del alma como tal o de la vida misma, pero a mi me completa en muchos sentidos.

Y nos pondrán mil baches en el camino, pero con unas cuantas palabras escritas igual conseguimos que el bache no sea tan malo.

1 besote confesor.