Esa fue la primera vez que papá escuchó el termino autista en su vida (era bastante pequeño). Así le habían enseñado que era o así lo había visto en algún lugar. Pero esa imagen la recuerda, ese niño de pijama blanco encogido en el suelo.
También el recuerdo presente, que papá en otra vida había sido un ermitaño, un solitario hombre del monte.
De niño, papá solía jugar siempre solo, juegos repetitivos, estructurados, pero con mucha imaginación. Papá vivía en una burbuja (no se relacionaba con otros niños en el colegio ni del vecindario) y jugaba siempre solo (exceptuando en casa cuando mi hermano mayor me hacia jugar a los camiones) con las piedras del patio del colegio (porque escuchaba voces cuando las partía), rellenaba libretas enteras con partidos de baloncesto (se incluían ruidos de los asistentes y la narración silenciosa de los mismos) con un juego de basquet (Exin Basket) para dos usado por papá dándole infinitas vueltas y rayando el suelo del salón, infinitas y solitarias partidas de chapas, aventuras y más aventuras con un muñeco rojo que articulaba todo su cuerpo. Horas y horas delante de una ventana contando coches rojos y blancos para ver de cuales había más o quien cruzaba antes de semáforo a semáforo.
Papá fue creciendo, las chicas no existían (miedo tremendo), no podía mirar a los ojos, no se sentía muy comprendido con pensamientos y actitudes varias, tenía pocos amigos, no le gustaba hablar cuando salia en grupo, no necesitaba decir a nadie cuando se tenía que marchar. No expresaba lo que sentía a nadie. Siempre creía tenerlo todo controlado. Ha tenido varias depresiones (a lo largo de su existencia), ha pasado por un gran listado de psicólogos y psiquiatras, ha visto cosas raras por las paredes, incluso se ha levantado un día hablando una lengua desconocida para todos menos para él.
Pero Papá tuvo algo que le llamó la atención de manera obsesiva cuando cumplió los 10 años hasta el día de hoy. La música y todo lo que envuelve ese mundo. La música ha sido el único medio de expresión para mostrar sentimientos, luego vino también la escritura y ambas le han salvado su existencia y le han hecho sentirse mejor (a parte claro está de su familia).
Papá, se ha dado cuenta de todo lo que ocurre no hace mucho tiempo, tenia 40 años. Y todo ha cobrado sentido para él aunque también se ha sentido perdido, ahora y durante muchos años, sobretodo en los años más difíciles (depresiones) y del esfuerzo que siempre ha hecho para encajar en el mundo.
El pequeño indomable, ha sido el anuncio (mi sobrino fue el aviso), para papá el pequeño indomable ha sido su amor, y juntos superarán todas las barreras y obstáculos. La misión de papá y de mamá será darle una vida feliz, darle sentido a los sinsentidos, darle amor y educación, pero sobre todo estar con él cuando las cosas no sean o vayan como el crea que han de ir, siempre habrán dos personas que le entiendan.
Papá siempre ha sentido (y pocas veces se ha equivocado) que el pequeño indomable está predestinado hacer grandes cosas en este mundo y en su vida.